La última película del curso es Marnie, la ladrona. Un thriller psicológico de 1964 interpretado por dos de las grandes estrellas de la época: su musa Tippi Hedren y Sean Connery.
En el semestre vimos la primeras películas de un Hitchcock obsesionado con las historias de espionaje, con el crimen perfecto y su falso culpable. Se dedicó a tratar estos temas en una forma casi de broma y manipulando a los espectadores para que pensáramos lo que él quería y muchas veces mostrarnos la verdad al final de la película, como en “La Sospecha” convenciéndonos de que ese esposo malvada quería asesinar a su esposa para quedarse con su dinero.
Pero a lo largo de su carrera abarcó películas en varios géneros y al final se interesó más por el interior de sus personajes, por estudiarlos y hacernos preguntarnos por qué actúan de la forma en que lo hacen. En el caso de Marnie también hay un crimen, no es un asesinato si no varios robos.
El personaje de Marnie es muy interesante. Es una ladrona pero se dedica a robar grandes sumas de dinero y por lo que vemos ya tiene mucha experiencia. Además, después descubrimos que tiene una relación complicada con su madre. Aunque parece ser una “buena” hija, nada de lo que hace es suficiente para complacer las exigencias de su madre que prefiere mantener una distancia con ella. Su madre cuida a una niña con la que hace todo lo que tuvo que sacrificar con Marnie. Esa distancia con su madre junto con la falta de una figura paterna hacen de Marnie un personaje complejo. A esto se le suma su falta de interés y confianza en los hombres que finalmente descubrimos que se debe a un incidente de su niñez que explica además algunos miedos que tenía (tormentas y al color rojo). Su madre le esconde un secreto por muchos años para protegerla pero sin darse cuenta le ocasiona un daño mayor. Marnie está tan acostumbrada a mentir que es difícil saber cuando habla en serio. El miedo a que los hombres la toquen no se hace evidente hasta cuando se va a casar. Al principio no le teme a Mark, ni en la oficina ni en el establo, después no soporta que se le acerque. Por otro lado, el personaje de Mark tampoco es muy común. Hitchcock se refería a este personaje como un cazador que busca atrapar a su presa: Marnie. Es un hombre adinerado y respetado por su familia y empleados. Sabemos que no hace mucho quedó viudo. Conoce por primera vez a Marnie antes de que haga el primer robo de la película y aún cuando sospecha de lo que hizo, la contrata. Se obsesiona con averiguar lo que le sucedió. Comienza investigando sobre la conducta animal, sobre el lado animal, primitivo de las hembras depredadoras. Incluso lo comenta con ella. Al no obtener resultados contrata a un investigador privado para que le diga todo lo que Marnie le oculta. Mark intenta dominarla. Esto se hace muy evidente cuando básicamente la obliga a casarse con ella y también en la escena de la luna de miel en la que le quita la bata aún cuando le prometió que no le iba a poner una mano encima sin que ella estuviera de acuerdo. Él se arrepiente y la tapa con su saco. El miedo de Marnie por el color rojo podría relacionarse con el propio disgusto de Hitchcock por los colores. Conrad en su libro dedica un capítulo a hablarnos de este hombre que solo usaba trajes negros y camisa blanca y como decía: “los colores revelaban la crudeza y la vivacidad del interior del cuerpo” (pág 158), para Hitchcock el color representada la suciedad.
Como en el resto de películas de Hitchcock que vimos en el semestre, los héroes de Marnie son “imbéciles morales”, dispuestos a cualquier cosa con tal de lograr su objetivo.
De los temas recurrentes de las películas de Hitchcock podríamos mencionar el imaginario del peligro de la noche. La pequeña Marnie tiene pesadillas en la noche y recuerda los tres golpes en la noche de la tormenta. Además, el incidente en la luna de miel también se da de noche.
Un personaje de gran importancia en la película es el de la madre de Marnie. Es una mujer que actúa de una forma extraña con su hija. No entendemos por qué es más atenta con una la vecina que con Marnie. Parece que solo se interesa por el dinero que le da y no mejor no pregunta cómo lo consigue. De la madre solo sabemos que es extremadamente religiosa y conservadora. Le enseñó a su hija a ser muy correcta siempre. Al final de la película conocemos su pasado. Como todos los personajes de Hitchcock todos cargamos con algún secreto, con una culpa que nos hace vulnerables. Ella confiesa que quedó embarazada de Marnie porque quería un abrigo, a ese punto llegaba su interés por lo material. Después, tuvo que dedicarse a la prostitución para mantener a su pequeña familia. Pero nunca le dice la verdad a Marnie que tiene idealizada la figura de una madre que es casi una santa.
Bibliografía consultada:
The Internet Movie Database: Marnie, la ladrona (1958), recuperado el 10 de junio de 2011 desde: http://www.imdb.com/title/tt0058329/
Guerin, Marie Anne. (2004). El Relato Cinematográfico. Barcelona: Paidós
Chabrol C. y Rohmer E. (2010). Hitchcock. Buenos Aires: Ediciones Manantial.
Conrad, Peter. (2003). Los asesinatos de Hitchcock. México: Turner/Fondo de Cultura Económica.