jueves, 24 de febrero de 2011

The Man Who Knew Too Much (1934)


            En la película El Hombre Que Sabía Demasiado de 1934 o con su título original The Man Who Knew Too Much, Alfred Hitchcock nos presenta a una familia inglesa adinerada que está de vacaciones en Suiza. Allí hacen amistad con un turista francés, pero durante un baile es asesinado y antes de morir le transmite un mensaje al Sr. Lawrence. Debido a esta información que le es entregada al Sr. Lawrence, Betty, la hija de la familia  es secuestrada como señal de advertencia. Sus padres regresan a Londres e intentan recuperar a su hija sin involucrar a la policía, mientras sea posible.
            En esta película, Hitchcock comienza a darnos una idea de las características de sus películas y de cómo son sus personajes. El Sr. Lawrence es un hombre que parece no medir las consecuencias de sus actos y no distingue el bien del mal. Después de que Louis Bernard es asesinado, se dirige al cuarto a buscar el cepillo que tiene el mensaje, sin preocuparse de que la policía esté allí o porque acaba de presenciar el asesinato de un amigo. En ningún momento lo vemos afectado por la muerte de Bernard. Además, después no le importa  perseguir a los secuestradores e incluso droga al dentista, sin pensar en el peligro de ser descubierto. Hace todo lo que está a su alcance para recuperar a su hija. Improvisa qué hacer cuando las cosas no salen como las planeó. En el único momento en el que se quiebra es cuando ve a su hija en la Iglesia, dice que no va a hacer una escena pero no soporta verla llorar. Siempre su hija va primero, le disparan por defenderla. Podemos concluir que en esta película se empieza a perfilar el típico prototipo del personaje que se presenta en las películas de Hitchcock, irónico, sarcástico, es el falso culpable que por razones del destino tiene que resolver el enigma en el que se ve involucrado involuntariamente.
            Otro personaje muy importante en la película es la Sra. Lawrence que comienza la película un poco molesta por la terquedad de su hija cuando  interrumpe la competencia de esquí de un amigo de la familia y se enoja aún más cuando Betty la distrae mientras ella participa en la competencia de tiro . En el momento que se entera del secuestro de su hija, no duda en ocultarlo de la policía y después, no  se preocupa por el  diplomático que va a ser asesinado. Sin embargo, durante el concierto su consciencia no la deja quedarse sin hacer nada: grita desesperada y distrae al tirador. Al final de la película es ella quien salva a su hija, disparando al hombre que lo quiere asesinar y que además, es el tirador con el que perdió la competencia al inicio. Ella gana en el momento más importante, su amor es el que triunfa. A Betty, la hija de la familia solo se le presenta como un símbolo de problemas. Desde el inicio ella complica a los que rodea: a su madre, a Bernard. Es una niña que recibe lo que quiere y parece ni tener ninguna preocupación hasta que es secuestrada y rescatada por su familia y la policía.
            Esta película no estaría completa sin los enemigos, sin los secuestradores. Ellos están encabezados por Abbott, un hombre muy culto y astuto. Con su cara marcada, no le importa mandar a matar o secuestrar a una pobre niña, incluso al final la quiere utilizar como señuelo con la policía. Da la impresión de ser arrogante, invencible y sin ninguna sensibilidad. Sorprendentemente, él admite emocionarse cuando ve al padre con la hija aunque después diga que eso finalmente no va a cambiar sus acciones. Además, cuando matan a la única mujer de los secuestradores sufre y no soporta enfrentarse a la policía cuando entran al edificio y termina suicidándose.
            El otro personaje importante es Ramón, el tirador, que tiene una actitud sospechosa, sombría.  Lo vemos cuando llegan a la Iglesia y es el tirador nuevamente en el concierto. Es un hombre frío, hasta el último momento de vida todavía intenta quedarse con la niña, mientras es observado por la policía y la madre de la niña.
            El cine de Alfred Hitchcock es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver los jóvenes. Las acciones son más lentas de lo que estamos acostumbrados, el director depende muchísimo más de la actuación porque no tiene efectos a su alcance. La música apenas se estaba comenzando a usar, pero Hitchcock le da un uso muy sútil.     
          La película no viene acompañada de una banda sonora, sino que recurre a la música en momentos muy particulares y trascendentales. Se utiliza durante el asesinato de Louis, un lapso en la escena en la iglesia, donde primero cantan y después los bandidos la utilizan como elemento para tapar su pelea y no alertar a los vecinos. Además, cuando Abbott indica que es hora de asesinar a Ropa. Así, con este revelador recurso, el propio director, a través de la música nos indica que algo importante está por suceder.
            Esta película nos presenta escenarios que comúnmente no serían amenazantes y Hitchcock los transfigura para que sintamos temor, perturbación y preocupación de lo que va a ocurrir a continuación, un ejemplo de ello es la que podríamos decir tranquila Iglesia, que dentro es el refugio de los malhechores y el prestigioso salón de conciertos Royal Albert Hall, donde ocurre el atentado al diplomático Ropa. Encontramos también que el consultorio de un dentista puede convertir en un lugar tan peligroso para el personaje como un callejón oscuro y despoblado. Otro lugar que nos parecería tranquilo es el salón donde todos los presentes están despreocupadamente bailando hasta que ocurre el asesinato de Louis. Convierte, de esta forma a la vida nocturna de la ciudad en un personaje más, que es amenazante para el personaje central de la historia.
            Hitchcock no nos revela mucho de la trama, no sabemos mucho de los personajes y de las cosas que hacen en el desarrollo. Por ese misterio, tenemos que pensar y estar atentos a todos los detalles que puedan significar algo después.