La película de esta semana fue The Wrong Man del año 1956. Es una de las pocas películas de Hitchcock basadas en hechos reales, lo que la diferencia de sus otras películas en la forma en que la realizó. Incluso al inicio de la película el propio Hitchcock añadió una nota aclaratoria sobre la realidad de los hechos presentados en la película.



Conforme la película avanza, el tiempo de narración cambia. Pasan días desde que Many sale la primera vez y el día del juicio y cuando va a visitar a su esposa. Pero el final es muy distinto. Desde que aparece el verdadero culpable y Many se entera pasan unos pocos minutos, no con la paciencia que inicia la película.

En esta película notamos como la música juega un papel esencial ya que el propio protagonista es músico de profesión, es un bajista del Club Stork y es su profesión la que reafirma su condena en lugar de librarlo de ella, ya que según Hitchcock el arte es una forma de lo inevitable (Conrad 2003: 304). Su disciplina musical lo hacen una persona muy puntual y su familia se preocupa de su retraso el día de su arresto.

Otro tema importante en esta película es el juego entre la libertad y el destino reflejado en el azar. Many es un hombre ejemplar, músico trabajador, hombre de familia y un esposo y padre amoroso pero apuesta a escondidas de su esposa, es su pequeño secreto que lo hace culpable en el mundo de Hitchcock. Pierde su libertad por la mala casualidad de presentarse a la oficina de seguros pocos días después del ladrón, sólo por ayudar a su esposa. Es simple mala suerte: parecerse a un ladrón, claro que los policías aprovechan de sus apuestos para estereotiparlo en mala persona, solo por apostar. La pérdida de la libertad se ve claramente con las rejas en las celdas y las esposas para que Many no se escapa. Está incomodo cuando se las ponen porque él sabe que es inocente. Pero Emanuel se burla del asunto, en un momento antes del juicio dice que necesita suerte para poder salir del problema. Los detectives siempre le recuerdan la frase de "un hombre inocente no tiene nada que temer", si no hizo nada malo no debe tener miedo porque la justicia siempre llega. Su justicia llegó después de rezar y pedir su libertad, en el milagro de que capturaran al verdadero criminal. Aquí vemos como Hitchcock juega con la desgracia y la culpabilidad: "una vez enajenada su libertad, ya no es más que un objeto entre otros objetos; la idea de una desgracia injusta y merecida a la vez, como la de Job (todo parece conjurarse contra nuestro músico), la idea de la culpabilidad es también fundamental [...]. Y a medida que Balestrero -quien ha comprendido la inutilidad de cualquier protesta- se ve reducido a espectador de su propia expiración" (Rohmer y Charbiol 2010:157), es lo que nos dice Rohmer y Chabriol sobre la inocencia y pecado de este personaje.

Otro tema importante en esta película es el juego entre la libertad y el destino reflejado en el azar. Many es un hombre ejemplar, músico trabajador, hombre de familia y un esposo y padre amoroso pero apuesta a escondidas de su esposa, es su pequeño secreto que lo hace culpable en el mundo de Hitchcock. Pierde su libertad por la mala casualidad de presentarse a la oficina de seguros pocos días después del ladrón, sólo por ayudar a su esposa. Es simple mala suerte: parecerse a un ladrón, claro que los policías aprovechan de sus apuestos para estereotiparlo en mala persona, solo por apostar. La pérdida de la libertad se ve claramente con las rejas en las celdas y las esposas para que Many no se escapa. Está incomodo cuando se las ponen porque él sabe que es inocente. Pero Emanuel se burla del asunto, en un momento antes del juicio dice que necesita suerte para poder salir del problema. Los detectives siempre le recuerdan la frase de "un hombre inocente no tiene nada que temer", si no hizo nada malo no debe tener miedo porque la justicia siempre llega. Su justicia llegó después de rezar y pedir su libertad, en el milagro de que capturaran al verdadero criminal. Aquí vemos como Hitchcock juega con la desgracia y la culpabilidad: "una vez enajenada su libertad, ya no es más que un objeto entre otros objetos; la idea de una desgracia injusta y merecida a la vez, como la de Job (todo parece conjurarse contra nuestro músico), la idea de la culpabilidad es también fundamental [...]. Y a medida que Balestrero -quien ha comprendido la inutilidad de cualquier protesta- se ve reducido a espectador de su propia expiración" (Rohmer y Charbiol 2010:157), es lo que nos dice Rohmer y Chabriol sobre la inocencia y pecado de este personaje.
Bibliografía consultada:
The Internet Movie Database: La Ventana Indiscreta (1954), recuperado el 6 de marzo de 2011 desde: http://www.imdb.es/title/tt0047396/
Guerin, Marie Anne. (2004). El Relato Cinematográfico. Barcelona: Paidós
Chabrol C. y Rohmer E. (2010). Hitchcock. Buenos Aires: Ediciones Manantial.
Conrad, Peter. (2003). Los asesinatos de Hitchcock. México: Turner/Fondo de Cultura Económica.
El personaje siente horror ante los mecanismos que lo convierten en algo diferente: un criminal
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