viernes, 13 de mayo de 2011

The Wrong Man (1956)


La película de esta semana fue The Wrong Man del año 1956. Es una de las pocas películas de Hitchcock basadas en hechos reales, lo que la diferencia de sus otras películas en la forma en que la realizó. Incluso al inicio de la película el propio Hitchcock añadió una nota aclaratoria sobre la realidad de los hechos presentados en la película.
Hitchcock intentó hacer algo especial en esta película. Tiene cierto parecido con La Soga, en la manera en que maneja la cámara: siguiendo a los personajes en los cuartos, haciendo primeros planos de ciertos momentos o gestos de los personajes. Por ejemplo: cuando vemos el espejo que quiebra Rose, Hitchcock nos enseña a Emanuel viendo su reflejo y se da cuenta de que su esposa ya no es la misma. En el desarrollo de la película vamos viendo sus cambios, Rose empieza fuerte y segura de sí misma y de la inocencia de su esposo, pero después pierde la esperanza y empieza a desconfiar del mundo y cree que alguien les está haciendo pasar por un mal rato deliberadamente, luego la vemos pasar a  la culpabilidad, se cree responsable de lo que le pasa a su esposo y todo esto la lleva a la locura. Empieza a vivir en un mundo diferente, no puede ver las cosas como son y como realmente están pasando, está sumida en una pesadilla donde todos son monstruos que la quieren atacar y su única cura es un segundo milagro que ya Many no puede pedir. Pero también intenta renovar la forma en la que usa la cámara y como puede jugar con eso para influenciar a los espectadores, como cuando vemos la nota que escribe para que los detectives vean su letra. Durante varios segundos nada más vemos que los detectives lo hacen escribir y hablan en entre ellos y hasta el final vemos la nota. Otra cosa que hace es que algunos veces vemos lo mismo que los personajes, algo que trabajó mucho en La Ventana Indiscreta. Emanuel lee el periódico para ver los resultados de las carreras, nosotros también. Además, cuando Many llega  a la cárcel y se desespera por estar encerrado y la cámara se mueve en círculos con la música para mostrarnos la desesperación que sufre.
Un aspecto muy relacionado al uso de la cámara es la manera en que nos muestra el tiempo. Casi la mitad de la película es un día en la vida Many entonces cada vez que llega a un lugar, las acontecimientos se dan como si fuera en la vida real: Many abre la casa, recoge la botella de leche, pasa a ver a sus hijos y después va a hablar con su esposa. Todo lo vemos con la cámara siguiéndole y sin hacer cortes que indiquen un cambio en el tiempo.
Conforme la película avanza, el tiempo de narración cambia. Pasan días  desde que Many sale la primera vez y el día del juicio y cuando va a visitar a su esposa. Pero el final es muy distinto. Desde que aparece el verdadero culpable y Many se entera pasan unos pocos minutos, no con la paciencia que inicia la película.
Hay muchos detalles en los que Hitchcock trabaja en esta película. Cuando Many va a la cárcel y camina siguiendo los zapatos de sus compañeros reos hasta el carro. Todos están sucios y descuidados, menos los suyos. Estando en el juicio vemos como Many y todas las distracciones que él ve mientras los abogados hablan: gente maquillándose, hablando.
En esta película notamos como la música juega un papel esencial ya que el propio protagonista es músico de profesión, es un bajista del Club Stork y es su profesión la que reafirma su condena en lugar de librarlo de ella, ya que según Hitchcock el arte es una forma de lo inevitable (Conrad 2003: 304). Su disciplina musical lo hacen una persona muy puntual y su familia se preocupa de su retraso el día de su arresto. 


Otro tema importante en esta película es el juego entre la libertad y el destino reflejado en el azar. Many es un hombre ejemplar, músico trabajador, hombre de familia y un esposo y padre amoroso pero apuesta a escondidas de su esposa, es su pequeño secreto que lo hace culpable en el mundo de Hitchcock. Pierde su libertad por la mala casualidad de presentarse a la oficina de seguros pocos días después del ladrón, sólo por ayudar a su esposa. Es simple mala suerte: parecerse a un ladrón, claro que los policías aprovechan de sus apuestos para estereotiparlo en mala persona, solo por apostar. La pérdida de la libertad se ve claramente con las rejas en las celdas y las esposas para que Many no se escapa. Está incomodo cuando se las ponen porque él sabe que es inocente. Pero Emanuel se burla del asunto, en un momento antes del juicio dice que necesita suerte para poder salir del problema. Los detectives siempre le recuerdan la frase de "un  hombre inocente no tiene nada que temer", si no hizo nada malo no debe tener miedo porque la justicia siempre llega. Su justicia llegó después de rezar y pedir su libertad, en el milagro de que capturaran al verdadero criminal. Aquí vemos como Hitchcock juega con la desgracia y la culpabilidad: "una vez enajenada su libertad, ya no es más que un objeto entre otros objetos; la idea de una desgracia injusta y merecida a la vez, como la de Job (todo parece conjurarse contra nuestro músico), la idea de la culpabilidad es también fundamental [...]. Y a medida que Balestrero -quien ha comprendido la inutilidad de cualquier protesta- se ve reducido a espectador de su propia expiración" (Rohmer y Charbiol 2010:157), es lo que nos dice Rohmer y Chabriol sobre la inocencia y pecado de este personaje.






Bibliografía consultada:
The Internet Movie Database: La Ventana Indiscreta (1954), recuperado el 6 de marzo de 2011 desde: http://www.imdb.es/title/tt0047396/
Guerin, Marie Anne. (2004). El Relato Cinematográfico. Barcelona: Paidós
Chabrol C. y Rohmer E. (2010). Hitchcock. Buenos Aires: Ediciones Manantial.
Conrad, Peter. (2003). Los asesinatos de Hitchcock. México: Turner/Fondo de Cultura Económica.

1 comentario:

  1. El personaje siente horror ante los mecanismos que lo convierten en algo diferente: un criminal

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